Celebramos hoy el rol en el que confluyeron nuestros caminos. La cuenca de nuestros muchos afluentes, la danza, la academia, la militancia, la maternidad, el placer de estar entre nosotras. Doula. La palabra que describe el cuidado invisibilizado de miles y miles de mujeres a lo largo de la Historia. El lugar donde comprendimos que la creatividad puede ser infinita, que aquí se manifiesta el pulso de nuestra sexualidad. Las Doulas. De muchos matices, asunciones, colores. Éstas que elegimos habitar se llaman Guardianas del Origen, y allí somos ola y orilla. Y entre esas aguas somos también puentes, entre los deseos y las posibilidades de quienes nos convocan para comadrear y conspirar juntas, y los diversos contextos que la vida y también la muerte, deviene. Para ello trabajamos diaria y colectivamente, para que todas y todes podamos percibirnos portadorxs de derechos. Porque no alcanza con conocerlos, es fundamental saber que en tanto derechos humanos, no debiera existir límite estructural alguno para que se garanticen. Sabemos sin embargo que las oportunidades no son las mismas para todas, la cruda alianza entre el sistema sexo género y la desigualdad económica. No somos meras agentes de información, no somos acompañantes emocionales. Somos trabajadoras del cuidado. Aliadas de la sexualidad de las otras. Mujeres que acompañan, y en la tarea, aman lo que el patriarcado odia, florecen entre muchas y se protegen en la más profunda intimidad . Felices entre nosotras, éste, y todos los días
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